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¿Cómo superar que te abandonen sin recibir explicaciones?

¿Cómo superar que te abandonen sin recibir explicaciones?

¿Recuerdas cómo terminaron tus relaciones más importantes? La mayoría de las relaciones terminan con conversaciones difíciles plagadas de tristeza y/o resentimiento que implican el doloroso reconocimiento del fracaso.

Sin duda, las rupturas no son fáciles, sobre todo cuando se ha establecido un vínculo afectivo. Por eso algunas personas prefieren evitarlas y simplemente desaparecen sin decir una palabra, dejando tras de sí un rastro de desconcierto. Sin embargo, esa estrategia de evitación puede hacer más daño que una ruptura cara a cara.

El ghosting como estrategia para huir de conversaciones incómodas

El ghosting es una estrategia para terminar una relación evitando la confrontación directa. Una persona disuelve unilateralmente el vínculo evitando todo tipo de contacto con el otro, tanto en Internet como en el mundo físico. Deja de responder a las llamadas telefónicas y los mensajes o incluso bloquea a la otra persona en las redes sociales para impedir la comunicación.

Por cruel que parezca, se trata de una práctica cada vez más común. Una encuesta realizada en España reveló que el 19,3% de las personas había sufrido ghosting y el 23,2% confesó haberlo practicado al menos una vez en el último año. De ellos, el 2,9% reconoció haber sido víctimas del ghosting más de 5 veces a lo largo del último año y el 2,9% lo había hecho más de 5 veces en ese mismo periodo de tiempo.

Aunque el ghosting suele asociarse a las relaciones de pareja, la práctica de deshacerse de la gente sin dar explicaciones se está extendiendo a otros ámbitos de nuestra vida.

Una encuesta realizada por Indeed reveló que el ghosting es cada vez más común en los procesos de selección de personal. Un 77% de las personas que buscan empleo han sido víctimas del ghosting por parte de su potencial empleador. En cambio, el 28% de los candidatos reconoce que han hecho lo mismo con los empleadores potenciales. Algunos desaparecen del proceso sin dejar rastro y otros ni siquiera se presentan en el primer día de trabajo.

Se ha sugerido que el ghosting es un “efecto adverso” de la era digital, en gran parte debido a la proliferación de aplicaciones de citas, las cuales influyen en los procesos tradicionales de inicio, mantenimiento y disolución de las relaciones. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Castilla-La Mancha concluyó que “el uso de sitios/aplicaciones de citas online y el tiempo dedicadas a ellas aumenta las posibilidades de sufrir o realizar ghosting”.

Sin duda, la posibilidad que brindan las nuevas tecnologías de aceptar o rechazar perfiles, así como de bloquear aquellos indeseados para deshacernos de las relaciones que nos resultan incómodas sin tener que dar más explicaciones, puede facilitar el desarrollo de estrategias de evitación experiencial que se extiendan en nuestra vida más allá de Internet.

No obstante, lo cierto es que desaparecer sin dar explicaciones no es un fenómeno completamente nuevo porque, en el fondo, el ghosting no es más que una táctica para escapar de relaciones indeseadas sin tener que pasar por el trago amargo que implica ver el sufrimiento de la otra persona.

Quien aplica esta estrategia de ruptura intenta desvincularse emocionalmente y protegerse del dolor ajeno. Al escapar no ve la angustia de la persona abandonada y esta no le afecta. Incluso puede llegar a pensar que no la está lastimando activamente y que “es mejor que todo acabe así”. Esas justificaciones le permiten hacer las paces con su conciencia y pasar página más rápido.

De hecho, resulta curioso que percibamos negativamente el ghosting cuando somos las víctimas y lo califiquemos de incorrecto, inmaduro e hiriente; pero lo justifiquemos cuando lo aplicamos como una estrategia para protegernos cuando nos han faltado el respeto en la relación, según reveló un estudio realizado en la Universidad de Nevada.

Obviamente, no todos somos propensos a escapar de las relaciones o los compromisos sin dar explicaciones. Investigadores del Dartmouth College descubrieron que las personas con creencias en el destino más fuertes también eran más proclives a desaparecer de las relaciones románticas sin dejar rastro y considerar que ese comportamiento es adecuado.

Al parecer, creer en el mito del alma gemela les da “carta blanca” para desaparecer. En otras palabras, si piensan que deben encontrar a la persona “adecuada” pero deciden que su pareja actual no cumple los requisitos, terminar la relación abruptamente les parece apropiado porque achacan la ruptura al destino y se sienten menos responsables.

En cambio, las personas que tenían una mentalidad de crecimiento y creían que las relaciones se deben cultivar solían aceptar menos este tipo de comportamiento. Es probable que ello se deba a su nivel de compromiso. De hecho, psicólogos de la Universidad de Ontario Occidental constataron que “las relaciones que terminaron a través del ghosting fueron más breves y se caracterizaron por un nivel de compromiso menor que las relaciones que terminaron directamente”.

También se ha apreciado que las personas que tienen características de personalidad de la “tríada oscura” (elevado nivel de narcisismo, falta de empatía y maquiavelismo), son más propensas a pensar que el ghosting es una estrategia de ruptura válida, sobre todo en las relaciones a corto plazo.

Sin embargo, intentar explicar el ghosting culpando solo a una persona no es justo. Toda relación está compuesta por dos miembros, de manera que las dinámicas que se establecen influyen en los comportamientos y decisiones de ambos.

En ese sentido, se ha constatado que las personas con un estilo de apego ansioso son más vulnerables a ser abandonadas sin explicaciones por parte de su pareja. Quien desarrolla un estilo de apego ansioso suele tener un profundo miedo al abandono, una necesidad excesiva de aprobación y experimentan angustia cuando la pareja no está disponible. Por tanto, podrían ser más propensos a desarrollar relaciones asfixiantes que den más motivos a su pareja a evitar la conversación final para ahorrarse el drama.

El desconcierto, el dolor y la rabia de la persona abandonada

Las heridas emocionales del ghosting suelen mantenerse abiertas durante más tiempo que cuando se produce una ruptura cara a cara. Uno de los principales problemas es que la persona abandonada no puede cerrar ese capítulo de su vida. Cuando no conocemos el motivo de la separación y no logramos comprender qué ha sucedido, es difícil poner punto final.

Esa falta de cierre no solo puede sumirnos en un estado de angustia e incertidumbre, sino que también consume gran cantidad de recursos cognitivos. Darle vueltas continuamente a lo que sucedió intentando buscarle una explicación ocupa “ancho de banda mental”.

Es probable que entremos en bucleintentando elaborar un final con sentido que podamos incorporar en nuestra historia vital. Cuando una relación se queda en puntos suspensivos, nuestra mente sigue rumiando. Pensar continuamente en lo que sucedió no solo nos estresa, sino que empeora el funcionamiento de nuestro cerebro. No rendiremos al máximo. Nos costará concentrarnos. Y tomaremos malas decisiones.

Otra consecuencia del abandono sin explicaciones es que podemos comenzar a culparnos, cargando sobre nuestros hombros el peso de lo que sería una responsabilidad compartida por el fracaso. Si no podemos expresar nuestra frustración, ira o desencanto, esas emociones se quedan latentes y podemos redirigirlas hacia nosotros llegando a hacernos mucho daño.

Esa culpa no es funcional ya que no está dirigida a solucionar un problema o reparar el daño, sino que solo añade más sufrimiento. Toda culpa tras una ruptura de pareja suele ser disfuncional porque nos genera remordimiento y alimenta la sensación de que no somos merecedores de amor.

De hecho, el ghosting dejar una estela negativa que termine impregnando las relaciones posteriores. Si nos abandonan, sentiremos que nuestra confianza ha sido traicionada, lo cual nos dejará en una situación emocional particularmente vulnerable. Es probable que en el futuro nos cueste más confiar en las personas y que levantemos un escudo para protegernos sin darnos cuenta que los muros que nos defienden también nos aíslan. Por eso, es fundamental superar ese descalabro cuanto antes.

Reconstruir los pedazos rotos tras el ghosting

1. Asume que no es tu culpa

La culpa puede darte algo que hacer, pero no te conducirá a ningún sitio. Si caes en la trampa de la culpa terminarás malgastando gran parte de tu tiempo y energía recriminándote por lo que hiciste o dejaste de hacer, lo cual te atará a la situación que deberías superar.

En su lugar, debes comprender que todo fracaso relacional siempre es responsabilidad de dos. Es probable que la persona que te abandonó sea inmadura, poco fiable o incluso cobarde. Una persona madura que ha desarrollado estrategias de afrontamiento asertivas no escapa sin más de una relación sino que afronta los problemas.

2. Desarrolla la tolerancia a la incertidumbre

El ghosting te afectará menos si eres capaz de lidiar con la incertidumbre. Cuando asumes que la vida es incierta y que no siempre encontrarás respuestas, te liberas de un gran peso porque dejas de darle tantas vueltas a las cosas.

A fin de cuentas, si esa persona hubiera tenido el coraje de cortar cara a cara, tampoco habrías tenido la certeza de que sus razones para la ruptura eran válidas. Algunas personas mienten. Otras desaparecen sin más. No puedes controlarlas, pero puedes minimizar el impacto que esas conductas erráticas tienen en tu vida aprendiendo a abrazar la incertidumbre.

3. Deja de engañarte y acepta lo ocurrido

¿Te has preguntado por qué necesitas una razón para pasar página? ¿Crees que te ayudaría a aliviar el sufrimiento? El ghosting duele. Ser rechazados sin explicación no es plato de buen gusto. No se puede negar. Pero tu mente puede engañarte para que pienses que tener más información te ayudaría a pasar página.

Sin embargo, podría ser una excusa para mantenerte atado a una relación que todavía no estás dispuesto a dejar ir. Quizá pienses que saber la razón de la ruptura te ayudará. Pero no siempre es así. La clave consiste en aceptar lo ocurrido.

¿Realmente quieres mantenerte atado a alguien que se fue sin decir por qué? Quizá ha llegado la hora de aceptar que es lo mejor y concentres tus energías en seguir adelante, en lugar de preguntarte una y otra vez por qué sucedió.

Por último, intenta buscar lo positivo. En un primer momento te costará porque las rupturas de pareja son uno de los eventos más angustiantes de la vida. No obstante, se ha comprobado que también nos brindan una oportunidad para que nos desarrollemos y hagamos cambios constructivos, incluidas transformaciones positivas en la manera en que nos percibimos y nuestras prioridades en materia de relaciones. A fin de cuentas, “no hay mal que por bien no venga”, como dice un viejo refrán popular.