09 Ene LOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO Y LA ANSIEDAD
Comienza el nuevo año y seguro que ya tienes una lista inmensa con todos esos propósitos que no cumpliste el año pasado junto con algunos nuevos… Pero, ¿por qué hacemos todo esto?
La simple idea de pensar en un nuevo año nos produce una sensación de esperanza, de cambio, de que podremos cumplir todo aquello que nos proponemos. El problema viene cuando establecemos unos objetivos que no son reales, no son alcanzables, o simplemente que por varios factores no somos capaces de conseguir y se convierten en una obsesión.
El año empieza con una sensación de motivación, pero a medida que avanza y vemos que muchos de esos objetivos se estancan, esa sensación se transforma en frustración, pensamos que somos incapaces de mejorar. En ocasiones, esta frustración acaba en ansiedad, debido al desánimo por no cumplir estos objetivos. A su vez, la ansiedad genera una sensación de inquietud y tensión que interfieren en las acciones de la vida diaria.
Según un informe elaborado por Nascia, los propósitos de año nuevo generan ansiedad en cuatro de cada diez personas. Es sorprendente que algo tan simple y común como son los propósitos de año nuevo pueden llegar a provocar un problema de salud emocional.
Recomendaciones para tus propósitos de año nuevo
Nuestra recomendación para fijar unos buenos propósitos de año nuevo es que sean alcanzables en un periodo de tiempo razonable. Es importante que las acciones que llevemos a cabo para la consecución de los objetivos estén relacionadas con un sentimiento positivo, que nos motive a hacerlas, sin que se convierta en una obsesión. Sólo así conseguiremos disfrutar de los avances que consigamos día a día.
Por último, el inicio de un año nuevo no tiene por qué ser el inicio de este cambio. Cada persona es libre de elegir cuando quiere empezar a desarrollar los objetivos. Todos los días son un buen día para empezar a hacerlo.