DISONANCIA COGNITIVA: LA TEORÍA QUE EXPLICA EL AUTOENGAÑO - Psicologos Blu
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DISONANCIA COGNITIVA: LA TEORÍA QUE EXPLICA EL AUTOENGAÑO

DISONANCIA COGNITIVA: LA TEORÍA QUE EXPLICA EL AUTOENGAÑO

El psicólogo Leon Festinger propuso la teoría de la disonancia cognitiva, que explica cómo las personas intenta mantener su consistencia interna. Sugirió que los individuos tienen una fuerte necesidad interior que les empuja a asegurarse de que sus creencias, actitudes y si conducta son coherentes entre sí. Cuando existe inconsistencia entre estas, el conflicto conduce a la falta de armonía, algo que la gente se esfuerza por evitar.

Esta teoría ha sido ampliamente estudiada en el campo de la psicología y puede definirse como la incomodidas, tensión o ansiedad que experimentan los individuos cuando sus creencias o actitudes entran en conflicto con lo que hacen. Este displacer puede llevar a un intento de cambio de la conducta o a defender sus creencias o actitudes (incluso llegando al autoengaño) para reducir su malestar que producen.

LA RELACIÓN ENTRE LA MENTIRA Y LA DISONANCIA COGNITIVA:

La relación entre la mentira y la disonancia cognitiva es uno de los temas que más ha llamado la atención de los investigadores. El propio Leon Gestinger, junto a su colega James Merrill Carlsmith, realizó un estudio que demostró que la mente de los embusteros resuelve la disonancia cognitiva “aceptando la mentira como una verdad”.

EJEMPLO DE DISONANCIA COGNITIVA:

Un ejemplo clásico sería la disonancia cognitiva en los fumadores. Todos sabemos que fumar puede provocar cáncer, problemas respiratorios, fatiga crónica e, incluso, la muerte. Pero ¿Por qué la gente, sabiendo todos estos efectos perjudiciales, todavía fuma?

Saber que fumar es tan perjudicial para la salud pero continuar fumando produce un estado de disonancia entre dos cogniciones: “debo estar sano” y “fumar perjudica mi salud”. Pero en vez de dejar el tabaco o sentirse mal porque fuman, los fumadores pueden buscar autojustificaciones como “de qué sirve vivir mucho si no se puede disfrutar de la vida”.

Este ejemplo muestra que a menudo reducimos la disonancia cognitiva distorsionando la información que recibimos. Si somos fumadores, no prestamos tanta atención a las pruebas sobre la relación tabaco-cáncer. Las personas no quieren oír cosas que les pongan en conflicto con sus más profundas creencias y deseos, a pesar de que en el mismo paquete de tabaco haya una advertencia sobre la seriedad del tema.

LA INFIDELIDAD Y LA DISONANCIA COGNITIVA

Otro ejemplo claro de la disonancia cognitiva es lo que le ocurre a una persona que ha sido infiel. La mayoría de individuos afirman que no serían infieles y saben que no les gustaría sufrirlo en sus carnes, aun así, en muchas ocasiones pueden llegar a serlo. Al cometer el acto de infidelidad suelen justificarse diciéndose a sí mismos que la culpa es del otro miembro de la pareja (ya no le trata igual, pasa más tiempo con sus amigos, etc), pues soportar el peso de haber sido infiel (pensando que la infidelidad es de malas personas) puede causar mucho sufrimiento.