14 Dic La relación entre el psicólogo y el paciente
Una de las cosas más importantes en una terapia psicológica es el vínculo terapéutico.
Y, ¿qué es el vínculo terapéutico? Se refiere a la relación entre terapeuta y paciente en un contexto de psicoterapia; una relación en la que se conjugan elementos de cada uno de los participantes.
La elección de terapeuta cuando uno se decide a hacer terapia no siempre es sencilla. El criterio de selección puede ser según el sexo, la experiencia, la corriente en la que trabaja el psicólogo y otras muchas características. Cabe la posibilidad de que haya una mala conexión, aunque exista mucha motivación y colaboración por parte del paciente y el terapeuta sea un fantástico profesional.
Al comienzo de una terapia, o durante diferentes etapas del proceso terapéutico, es fundamental trabajar la alianza terapéutica. La confianza se va generando, al fin y al cabo en el arranque de la intervención donde se presentan desconocidos. Los psicólogos debemos fomentar el vínculo en las sesiones para que la terapia funcione. Con niños también, jugar (más allá del juego simbólico terapéutico) y hablar de otros aspectos no necesariamente relacionados con la problemática por la que se acude a terapia.
Carl Rogers, destacado autor en la psicología humanista, señaló tres actitudes fundamentales en la creación del vínculo terapéutico que dependen del terapeuta: la empatía, la aceptación incondicional y la autenticidad.
Como comentaba, diferentes corrientes en psicoterapia coinciden en que es importante tener un buen vínculo para que funcione la terapia.
En el Enfoque Humanista utilizan el vínculo como herramienta terapéutica, es decir, plantean la relación entre paciente y terapeuta como una oportunidad de generar nuevas formas de relacionarse, de comunicarse que se generalizarán fuera del contexto de terapia. Lo que se trabaja en las sesiones pueden ser ensayos en un entorno seguro y controlado de comportamientos deseados, temidos, imaginados…
Bowlby, autor de la teoría del apego, fundamental para entender el desarrollo emocional del ser humano, dijo. “…el papel del terapeuta es análogo al de una madre que ofrece a su hijo una base segura desde la que podrá explorar el mundo”.
Las conclusiones de diferentes investigaciones neurobiológicas ponen de manifiesto que hay una trasformación del yo a través del vínculo. El paciente puede llegar a desmontar los modelos adoptados en los primeros vínculos y construir unos nuevos, más adaptativos y satisfactorios. Partimos de la premisa de que se trabaja para cambiar aspectos que no benefician a la persona, no aspectos sanos, y de que todos tenemos, en mayor o menor medida, aspectos sanos y dañinos.
Por estos motivos, independientemente del enfoque que el terapeuta siga, el vínculo terapéutico será una importante variable de cambio que hará que el tratamiento suponga, además de una mejoría en los síntomas, un crecimiento personal para el paciente.